martes, 22 de abril de 2014

Banderas de Abril

hqdefaultAl mundo se despierta poco apoco, que no a la vida.

Y un día descubres que mucho de lo que te enseñaron, no merecía ser creído. La fe, consistente en creer en lo que no vimos, La Patria sedienta de sangre y envuelta en blasones dorados y la historia cortada como un traje a medida de cada tirano.

Entonces cambias fe por razón y patria por pueblo, simplemente por la necesidad de respirar un aire más fresco.

Ese camino te enseña que no hay más verdad que tu propia contradicción y la de los otros y que un pueblo es la suma de anhelos y sueños, de paz y de ira, de hambre y de fuerza, de las manos unidas y de las ilusiones compartidas.

Y el pueblo es tu pueblo y el de todos y la lengua es la tuya y la de millones y cada gramo de arena, cada piedra, cada camino y cada paisaje, sólo tienen sentido si los compartes con todo el género humano de buena voluntad.

Así arde cada Abril un hondo suspiro en un pendón morado y rebelde, que dice hay que descreer de tanta mentira y comparar tu verdad con las otras verdades, disfrutar de la lucha y los logros de la razón mientras predicadores vociferantes se desgañitan en amenazas y miedos.