sábado, 29 de diciembre de 2012

La Alcoba

alcobaEn un cuartucho pequeño, sin luz propia, junto a la cocina, como puerta una cortina gruesa, y en una cama estrecha de hierro, con colchón de lana, arrimada a la pared, desgranaban Juan y Lucía los sueños.

El arado quieto y el barro de los tapiales fraguando, los animales al calor de la cuadra y la prole recogida en los lechos.

Todo estaba en orden y tras preguntar por el hueco de la escalera ¿estáis ya todos acostados?,  y apagar las luces, se paraba el mundo para reposar a las órdenes del reloj de la torre. 

           Descanso del jornalero.

          Templo que, acabado el día,

          guardaba a Juan y Lucía

          hasta el gallo mañanero.

          Yunta sin surco ni apero.

          Reposan las herramientas

          de condenaciones ciertas

          y del trabajo maldito.

          Y puede, que otro chiguito,

          venga llamando a las puertas.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

La cocina

hornachaOlía a chopo ahumado y a matanza curando y no he encontrado otro ambientador que me vuelva a subir a las rodillas de mi abuelo, como aquel aroma.

Todos absorbidos por la lumbre, hasta la gata. Todos abrazando las palabras para jugar con ellas o para contar historias.

De entre las ramas y la paja en brasas, se alzaba desde las trébedes el aroma del pimentón de las sopas de ajo.

Cuando en la radio terminaba  El Parte, se compartía la cena… como las demás cosas.

Fuera, la reina era la helada.

        El puchero y la alacena,

         cerca de la hornacha el gato,

         banco de pasar el rato,

         conversación de la buena.

         Cuando el invierno envenena

         la luz de la tarde fría,

         nace un cuento, una porfía,

         unas risas de chavales

         y cuelga de los varales

         lo que fuera el gocho un día.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Lucía se peina

bolsitaNunca he sabido pintar sobre esa pared de la cocina, que antes era de barro encalado, la ventana que miraba a la calle y al paso de la vida por la carretera.

Junto a la ventana, había una bolsita de tela bordada con flores azules, llena de peines y peinetas, pinzas y horquillas.

Junto a la bolsa y colgado del mismo clavo, un espejo.

Y allí, ayudada de un palanganero de forja, desde mi niñez, aun se peina Agüela Lucía.   

 

Al rayar cada mañana

pasaba el peine al cabello,

puesto el peinador al cuello,

a la luz de la ventana.

Lucía, en tiempos lozana,

pelo moreno peinó.

Mas cuando la vida ardió

tiznó de gris su cabello.

No recuerda si fue bello

o hace mucho lo soñó.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Mi casa

Una casa es más que una verruga de adobe sobre la tierra.

Y más  una casa en la que se ha amasado el barro con sudor y se han labrado las vigas robando la vida a los chopos de la ribera, donde se han cocido las tejas con la fuerza del fuego de los robles y las encinas.

Una casa, cuando es la cuna de varias generaciones, es la patria siempre recordada de la niñez, el nido de las enseñanzas de los viejos, el recuerdo de los habitantes que en ella murieron, el almacén de trastos que acompañaron el vivir de sus gentes.

La casa de una familia, es un refugio al lado de la lumbre, un lugar al que volver.

                             MI CASA

                Sé de todos sus secretos

                 y del alma que la habita.

                 Espíritu que dormita

                 guardián de sus muros prietos.

                 Los tapiales bien sujetos

                 al suelo que la bendice,

                razones dan a quien dice

                que enterré yo el corazón,

                alizares de pasión,

                en las piedras que la rigen.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Esperando el fin

untitled-Ayer parió la vaca.

-Tenemos terminados los chorizos y las morcillas y los jamones están curando.

- El sembrado está nacido, después de que las lluvias de octubre regaran la simiente.

-El mosto ya es vino en la bodega y las carrales se preñan de vida.

-Hemos empezado la poda de los majuelos, para que se vuelva a conjurar el zumo de los cantos, que acarician las raíces de las cepas.

-Al amor de la lumbre contamos las historias y desempolvamos las viejas canciones en las noches de hilorios con calor.

En fin, como ya todo está hecho para que la vida continúe, esperemos pacientemente el fin del mundo.

lunes, 3 de diciembre de 2012

La respuesta

imagesCA8DOHU4Aquel día, a la hora en que siempre tomaban el té juntos, encontró sobre la mesa camilla, al lado de las flores, la carta en la que le envió un poema.

Ella lo había leído, eso era seguro. Al lado del folio, se encontraba el sobre con las solapas rotas, se diría que con ansiedad.

En el ambiente se respiraba un aire de abandono, aunque el orden y la limpieza del lugar eran primorosos, como siempre.

La llamó, pero no encontró respuesta.

La única respuesta que obtuvo, fue la tinta borrosa, que sobre el poema había había dejado una lágrima al rodar.

Y supo que ella nunca volvería.