lunes, 22 de agosto de 2011

Casual

imagesParecía casual, inevitable, una de esas cosas que ocurren porque tienen que ocurrir.

La distancia era la reglamentaria, el momento justificado, la actitud y la disposición, las esperadas.

Nadie parecía reparar en el instante, aunque en las dos mentes estuviera congelado en el tiempo. La vida discurría al rededor como siempre, con la parsimonia y naturalidad reglamentadas por la costumbre.

Sin embargo, en los dos interiores camuflados por el disimulo perfecto, estalló la más violenta tormenta, cuando en una millonésima de segundo, se juntaron las dos pieles en un roce casual. Inmediatamente después, volvió la normalidad.

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