lunes, 19 de enero de 2015

San Antonio Abad

images (1)El día de San Antonio Abad nevó por la noche, el cielo espolvoreó sobre el paisaje de La Costa del Adobe esa lluvia de azúcar glasé, que pintó los campos de nuevos, recubriéndoles de una capa de pureza que tapa los barros y las hierbas quemadas por las heladas.

El patrón de los animales vino vestido de blanco y desató entre la gente un amor por las bestias digno de las películas de Disney.

Perros con jerseyes, gatos con lazos y pajaritos mimosos en jaulas que provocan en sus dueños, digo bien dueños,una ternura desmedida,  visitando a los párrocos, a veces más que visitan al veterinario.

Bendición a mi mascota señor cura, mírelo, si sólo le falta hablar, a que sí, Cuqui. Es más listoooo y cómo le quiere su mamá.images

Antes de que las bendiciones terminaran los telediarios, alguien fue a soltar a las ocas y los patos para que, como todos los días, disfruten rio abajo.

Además de nieve, la noche de San Antón a Santa Prisca cayó sobre esta parte de la costa la maldición que esparcen los hijos bastardos de la naturaleza, los que no conocen a San Antón ni los salpicones de los hisopos.

La oca grande y un pato tan blanco como la harina cernida, yacían asesinados sobre la nieve y el resto del corral continuaba espantado de una noche de colmillos largos.

Dicen que si el raposo, que si algún perro, pero al cruzarme con Adriano esta mañana hablamos del tema y él me aseguró torciendo el morro, que un raposo no le entra a las ocas y que un perro, casi ya ni hay en el pueblo y además se los hubieran llevado para devorarlos. Y un hurón tampoco ha sido.

Entonces ¿quién? le pregunté. No sé, encogió los hombros, hace unos días que he visto salir de detrás del molino un gato montés así de grande, casi como un perro.

La cosa es que los patos y las ocas no han querido volver al corral. como todas las tardes, cuando Henar les llama en su propio idioma: Cuá, cuá.

Pero yo amo más esa naturaleza cruda de matar y morir que ese cuento de la televisión de animales con chubasquero a los que sólo les falta hablar.

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