La historia te juzgó, padre, con benevolencia. Lo mismo serviste al rey don Alfonso, que pusiste tu espada al servicio de su desheredado y enemigo hijo don Sancho y después de que te cubrieran de riquezas unos y otros, hasta el sultán meriní de Fez, tu operación más rentable la hiciste no con tu espada, si no prestando en Tarifa la daga que segó mi garganta inocente.
No en vano después de mi muerte y de salvar Tarifa para Don Sancho, de las garras de meriníes, nazaríes y del Infante Don Juan, se agregaron a tus muchas posesiones el Señorío de Sanlúcar, la merced de las almadrabas de Conil y Chiclana, el Señorío de Marchena y otras muchas rentas y derechos.
Fundaste la casa de Medina Sidonia y por generaciones, para todos, menos para mi, fuiste Guzmán El Bueno.
Esta historia, Luis Ángel es muy distinta según quien la cuente.
ResponderEliminarYo, copiando, como siempre, algo que dice Pedro Trapiello, también escribí la mía
Puedes verla en
http://franciscoflecha.blogspot.com/search?q=Guzmán+el+bueno.
Esta tuya es muy buena.
Saludos
He visto que la dirección que he puesto para lo de Guzmán no funciona.
ResponderEliminarTal vez ésta, si:
http://franciscoflecha.blogspot.com/2008/01/la-verdadera-historia-del-heroe-local.html
Amigo Flecha, esa historia tuya no me parece demasiado descabellada. Nuestros héroes tendrían que ser otros. Los señores y los poderosos siempre lo fueron mintiendo.
ResponderEliminarMis consultas sobre el tema me dicen que fue el hijo menor de Guzmán y no el primogénito, pero lo que definitivamente me ha puesto a pensar es tu pregunta de qué hacía el chiguito con don Juan y con los moros.
Las palomas de León debían de sospechar antes que nosotros que en esa estatua algo huele mal.
Me alegra haber escogido la misma imágen que tú para ilustrarlo.
ResponderEliminarSalud.