Toma, prueba, este martillo sirve para picar el carbón, debe de pesar cerca de veinte kilos y hay que manejarlo muchas veces con una sola mano, durante ocho horas. No, no sirve lo de resoplar, que el carbón hay que sacarlo, aquí se va a destajo, no sacas carbón, no cobras.
Fíjate como hay que postear, la tierra no se sujeta sola, hay que asegurarse de que tu tumba no sean unas cuantas toneladas de rocas sobre tus huesos. Así que no pare ese hacho, que hace falta madera.
Pica en la rampa, en estas minas tenemos la mayor inclinación en las rampas de toda España, un sesenta por ciento. Hay que asegurarse bien, cuidado al bajar que te mareas, Agárrate a la madera.
Mira, aquí se pica el carbón, tumbado boca arriba o boca abajo, agarra el martillo como puedas, pero pica, pica que ya te dije antes que el carbón hay que sacarlo. Por ahí cae hasta la galería, donde se carga en las vagonetas y si se atasca en la rampa, para eso tienes la dinamita, pero con cuidado.
Aquí han muerto unos cuantos, pero no te preocupes, la mayoría volvieron a salir. Solo hay que tener un poco de mucho cuidado, y ayudar a los compañeros y saber que ellos arriesgarán el pellejo por salvar el tuyo. Si hay un accidente lloraremos a los muertos con todo el pueblo y al día siguiente volvemos a sacar el carbón, que hay que sacarlo.
Como cuando a aquellos siete les pilló el grisú y la boca del pozo se llenó de mujeres, compañeros y de guajes que esperaban no tener razón en lo que pensaban.
Sal a la calle, que estas humedades cuecen los huesos, fuera hace sol.
Tenemos la suerte de que esto solo sea un museo de la minería y yo un minero jubilado, que ha cambiado el martillo por la labia para turistas, grupos y niños de colegios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario