jueves, 7 de febrero de 2013

Tenía una doble vida

imagesEse lunes, después de levantarme y esperar que mi hija dejara libre el baño, me dispuse a asearme.

Me miré al espejo del armario del cuarto de baño, la cara de lunes desleído, el sueño y el ademán cabreado.

Después de la ducha, enjaboné mi cara para que la cuchilla pudiera hacer su trabajo de todos los días en mis mejillas, que poco a poco, iban tomando color.

Después busqué en la estantería, donde se alojan los tres cepillos de dientes, tantos como habitantes tiene mi casa, y tomé el azul que me venía sirviendo desde hacía dos meses.

Me pareció extraño encontrar el cepillo húmedo y abriendo la puerta pregunté:

-¿Alguien sabe por qué mi cepillo de dientes azul está mojado?

-¿Tu cepillo de dientes azul? preguntó mi hija ¡Ese es mi cepillo!

-¿Seguro?

Mi hija llegó con un asomo de rabia en sus ojos, agarró el cepillo, quebró con asco y furia su mango azul y lo arrojó al cubo de la basura.

¡Era mi cepillo!

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