sábado, 23 de abril de 2011

Judas

IMG_1683Cuando terminaron el trabajo del día, despidió a sus trabajadores con un amable “hasta el lunes, buenas vacaciones”.

Las expectativas no pintaban bien para el ladrillo. Lo cierto era que se habían terminado los buenos negocios para su constructora.

Aunque añoraba los buenos tiempos, él sabía de antemano que no duraría siempre la época de vacas gordas y hacía un par de años que iba poniendo a buen recaudo el capital acumulado.

Empezó de la nada, casi como un simple albañil, subcontratando obras y rodando, rodando, consiguió levantar una constructora de cierto nombre en la provincia.

Se hizo amigo de políticos, cenó con varios directores de cajas de ahorro y repartiendo un poco para cada uno, consiguió adjudicarse algunas obras de la administración, repartió y cobró favores a concejales, convirtió secarrales rústicos recalificados en prósperas urbanizaciones y pasó del utilitario al mercedes y del pisito de barrio en la ciudad al chalet de lujo.

Cambió de barrio, de esposa, de amigos y el fútbol sala con los compañeros por el golf.

Pero lo que no cambió nunca, fue su devoción por la Semana Santa.

Cada año procesionaba con el Cristo de La Columna con sus hermanos cofrades. Sus pies descalzos probaban la dureza fría de los adoquines de las calles y durante esos días trataba de reconfortar su espíritu y de librarse de sus culpas.

Aquel Viernes Santo, mientras ocultaba su rostro con el capuchón, no paraba de darle vueltas al asunto. El lunes cuando llegaran los trabajadores se encontrarían la empresa cerrada, no era cuestión de aguantar más la situación.

Pero decidió centrarse en la procesión, cada cosa a su tiempo, se unió a sus hermanos y arrimó el hombro para mover el paso de su cofradía.

Al llegar a la Plaza Mayor, entre el sonido de los tambores y las cornetas, le pareció oír una voz que decía: “En verdad os digo que uno de vosotros me traicionará”.

2 comentarios:

  1. Impecable el relato, como siempre. Sólo una pejiguera: Yo, en vez de "capuchón", hubiera escrito "capillo" (que es como aquí se llamá la cosa y mete un poco más en el papel.
    Salud

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  2. Capillo, tomo nota, gracias por la visita y el comentario.
    Salud

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