El Chano dijo que no se atreverían, que no serían tan bobos, que iban de farol.
El baranda de los polis, que iban a hacer limpieza, que tenía que pasar el camión de la basura, que tenemos todo lleno de ful y que hay hasta peligro de incendio.
Pero empezaron a soltar porrazos, a arrastrarnos por el suelo. Nos organizábamos en grupos y ellos venga porrazos, venga palos, pero no nos movieron, algunos aguantaron una buena estiva, no veas como escuece un porrazo, alguno me cayó a mí.
De vez en cuando los colegas de atrás relevaban a los que ya estaban muy machacaos y los mossos no podían avanzar ni un metro, aguantamos con dos cojones, socio.
Algún vecino salió al balcón a dar cacerolazos y la poli nos cogió las pancartas, los ordenadores, las tiendas, se lo llevaron todo.
La cosa es que no conseguían nada, empezó a currar el twitter y llegaban cada vez más colegas, en vez de dispersarnos, cada vez éramos más.
Luego se retiraron, nos miraron con mala leche, algunos nos amenazaban y decían que volverían a quitarnos el polvo.
Cuando uno se dirigió al Chano para llamarle piojoso, el Chano le miró a los ojos y le dijo: Hay que ver tronco, lo que tienes que hacer para pagar la letra de la lavadora.
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