viernes, 5 de abril de 2013

Rebotar

images¿Quien te crees que eres para mirarme de esa forma?

Es fácil juzgarme desde donde estás porque desde ahí ves todas mis flaquezas.

No se lo cuentes a nadie y te sonreiré como si me cayeras bien, te guiñaré un ojo y tú me corresponderás como si fuéramos hermanos desde siempre.

Aunque te veo todos los días, tu cara me sorprende como si no te conociera y tú te extrañas al ver una arruga nueva bajo mis párpados cansados.

Eso de tu frente, más que entradas, parecen salidas de emergencia de tus cabellos escasos y grises. Pues anda que tú, me respondiste, son mucho peores las arrugas que tienes donde tu y yo sabemos.

Algunas mañanas, en vez de mirarte, siento ganas de embestirte, de resolver nuestras deudas a cabezazos en el cristal. Sin embargo otras veces, no puedo evitar el mirarte con ternura, como a un viejo amigo y compañero al que todo lo perdonaría.

Lo peor es que yo sé que tu puedes verme desnudo más adentro, que sabes lo que me falta, lo que temo, lo que nunca me darán, lo que sueño, lo que amo y lo que odio.

Y mientras me ves, te ríes a mi cara entrecerrando esos ojillos que me gritan: ¡Sal de una vez del espejo!, si te atreves.

No hay comentarios:

Publicar un comentario