miércoles, 16 de marzo de 2011

BRUJAS

En el pueblo se comentaba que Maruja y Amelia eran brujas. Ninguno sabía exactamente por qué se decía, ni en qué consiste en realidad la brujería, pero nadie tenía ninguna clase de amistad con ellas, ni dudas de su mal agüero.
En la cantina se comentaba que, una madrugada, alguien las vio llegar de San Pedro de Cansoles, lugar en el que a decir de las gentes, se reunían las brujas de los alrededores  a bailar y a copular con El Maligno, en noches de luna llena.
Amelia tenía un hijo y nadie en el pueblo sabía de quien, pero las comadres murmuraban en el lavadero, que por fuerza, debería de ser un fruto de sus andanzas nocturnas, con el Príncipe de las Tinieblas.
Ovidio se reía de las supersticiones de sus paisanos, no le parecía posible que, de verdad, alguien pudiera creer en tamañas bobadas.
Una mañana, cuando Ovidio había decidido ya emigrar, y se dirigía a esperar al coche de línea, acompañado de su padre, aparecieron Maruja y Amelia con el muchacho. Venían del camino vecinal que entra en el pueblo por detrás de la iglesia.
El padre de Ovidio dio un codazo a su hijo y le dijo:
-Ahí llegan las brujas, de bailar en San Pedro de Cansoles.
Ovidio le miró y le respondió:
-Cá ¿y habrían de llevar al chiguito también?
Cuando llegaron a su altura, se colocaron a su lado, también a esperar al coche de línea.
De Maruja, Amelia y el chaval, nunca más se supo. De Ovidio alguien comentó, que se había casado con una mujer pero que vivía con dos bajo el mismo techo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario