No importan las telarañas ni la oscuridad cuando ese sitio es la cámara del tesoro de la familia.
Espacio en el sobrao, donde se almacenan en grano los sudores.
Empuñado el arado ,olvidados los dolores que infiere la hoz a los riñones, espantados los fantasmas del madrugón en los acarreos, conjurados los sueños y las moscas en la trilla, nombrados los vientos que ayudan al bieldo. Sólo queda almacenar el fruto que espanta el hambre y abriga encima de las tablas.
Aquí se guardaba el trigo.
Después de un año de entrega
a muy poco por fanega
producía el campo amigo.
Si del invierno al abrigo
la harina les mantenía
y bastante pan había,
luego de visto el molino,
dependía de Balbino
y la fecha en que molía.
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