La mañana se despertó fría, como todas las mañanas de enero.
Seis millones de pares de brazos sin ocupación, salieron a la calle para buscar el sustento y al no encontrarlo, comenzaron a caminar junto a sus hijos por las carreteras del país.
Las carreteras se llenaron de gente que vagaba, sin saber hacia donde y el país se colapsó, cuando las gentes con sus enseres no dejaban circular coches ni camiones, ni mercancías.
El presidente del país pensó que debería ser responsable y mientras otros discutían de soberanía, o pensaban la mejor forma de repartirse botines, él solucionaría el problema.
Al ver que los parados y sus familias ya no cabían en las carreteras, vio la solución clara: Haría otros cinco mil kilómetros de carreteras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario